Cómo armar una habitación segura y acogedora para el bebé

La llegada de un bebé implica preparar un espacio que sea seguro, funcional y estimulante para su desarrollo. La habitación debe ser un lugar donde el pequeño se sienta protegido y donde los padres puedan atender sus necesidades con comodidad.
Distribución y Organización de la Habitación
Lo ideal es dividir la habitación en zonas específicas:
Zona de sueño: La cuna debe estar en un lugar tranquilo, lejos de corrientes de aire y ruidos fuertes.
Zona de cambio: Un cambiador con almacenamiento para pañales, toallitas y cremas facilita las rutinas diarias.
Zona de lactancia o alimentación: Un sillón cómodo permite a la madre o al padre alimentar al bebé con mayor comodidad, especialmente durante las tomas nocturnas.
Seguridad en la Cuna y Mobiliario Adecuado
La seguridad en la cuna es primordial. Los barrotes deben tener una separación máxima de 6 cm para evitar que el bebé pueda meter la cabeza entre ellos. El colchón debe ser firme y ajustarse perfectamente al marco de la cuna para evitar espacios peligrosos.
Además, es importante mantener la cuna libre de objetos como almohadas, peluches o mantas pesadas, ya que aumentan el riesgo de asfixia. En su lugar, se puede usar un saco de dormir para bebés como alternativa segura.
Iluminación y Colores Recomendados para un Ambiente Relajante
La iluminación juega un papel clave en el ambiente de la habitación. Una luz cálida y regulable ayuda a crear un espacio relajante, mientras que una lámpara de noche suave es útil para las madrugadas sin interrumpir el sueño del bebé.
En cuanto a los colores, los tonos pastel como el azul claro, verde menta o beige son ideales, ya que transmiten calma. Se pueden añadir detalles en colores contrastantes (como negro y blanco) para estimular la visión del bebé en sus primeros meses.